No desperdiciar la vida en pareja
jueves, 13 mayo 2010Según el Diccionario de la RAE (Real Academia Española), la palabra desperdiciar (del latin disperditio, de disperdere), significa malbaratar, malgastar, emplear mal algo, desaprovechar. Esta acepción puede aplicarse muy bien a aquellas relaciones de pareja en las que sus dos miembros descuidan lo más esencial para mantener el amor: el cuidado de los detalles pequeños, de esas cosas pequeñas y sencillas que mantienen vivo el amor de la pareja. Hay que estar pendientes, para no dejar pasar por alto ni menospreciar esos detalles por acostumbramiento, monotonía o porque nos parezcan insignificantes.
Una de mis lectoras, de México, me ha enviado un bello correo electrónico que he querido publicar en mi blog, porque pienso que es bastante ilustrativo de este tema. No sé quién será su autor porque no lo dice en el mensaje que me ha enviado, pero se nota que sabe de lo que escribe. A continuación lo transcribo literalmente y entrecomillado:
“¿Por qué se acaba el amor entre las parejas? Porque se comenten errores, como pensar que una vez la relación ha adquirido cierta solidez o cierto tiempo, ya se es dueño de la otra persona, o viceversa…
Porque el hombre se aburre de la mujer cuando ésta comienza a volverse pura cantaleta y la vida en el hogar se convierte en un infierno. Ahí ya se ha roto la comunicación…
Porque la mujer se aburre del hombre cuando éste la mira como el reemplazo de su madre, la niñera de sus hijos, la cocinera, la lavandera y el ama de llaves; y para completar la quiere dispuesta en la cama y entrando dinero al hogar igual que él…
Porque al conocerse se muestran falsos comportamientos, como tolerancias excesivas y verdades a medias…
Porque cuando hay problemas, generalmente ninguno quiere dar el brazo a torcer…
Porque al principio de la relación nos preocupamos por mostrarnos bellos, interesantes y adecuados, escondiendo los aspectos no tan agradables de nosotros…
Porque a las parejas les da miedo desinhibirse en la intimidad, expresar lo que les gusta, por temor a lo que piense el otro; y prefieren cumplir fantasías sexuales con terceras personas…
Porque no se respetan los espacios, ni se respeta la individualidad profesional y personal del otro…
Porque las parejas se apegan y en su inseguridad sufren y hacen sufrir al otro con sus celos…
Porque se dejan de expresar las cosas que gustan del otro asumiendo que ya lo sabe…
Porque se cree que la otra persona viene a nuestra vida a hacernos felices y que todo será un jardín de rosas; cuando lo cierto es que en toda relación hay desavenencias y disgustos…
Porque se asume que la pareja tiene que actuar, sentir y pensar como el otro, robándole su propia personalidad…
Porque uno le da poder al otro para dañarlo, cuando decide dejar que le afecten las decisiones, actos y palabras de ese ser que tanto ama…
Porque se tienen tantas carencias afectivas, que se cree que al llegar la media naranja, ésta las va a suplir; cuando la verdad es que cada uno tiene la responsabilidad de llenar su vida de amor…
Porque los seres humanos están convencidos que es normal que con los años las relaciones de pareja se deterioren, cuando es todo lo contrario; con el tiempo si se toman sabias acciones, el amor crece, y al hacer el amor, este se hace con más conciencia y plenitud…
Porque se daña la comunicación y cada vez que se expresa algo, es para ofender y hacer sentir culpable al otro…
La infidelidad es una de las mayores quejas entre hombres y mujeres; cuando se llega a este punto es porque la comunicación se dañó hace muuuucho rato…
Porque las parejas se vuelven irrespetuosas con las palabras y con los actos…
Porque las parejas se vuelven tan posesivas que retiran las amistades y hasta familiares del otro, para absorber de manera dañina…
Porque la pareja se convierte en una proveedora de bienes y servicios ante un techo y unos hijos, y dejan en un segundo plano lo verdaderamente importante, “el amor que los unió”…
Porque la mujer o el hombre comienzan a sentir apatía para hacer el amor, y se siente rechazado(a), y ninguno de los dos habla sobre el tema…
Porque se da rienda suelta a la cólera, y se dicen palabras que hieren, dejando una huella imborrable en el corazón del otro…
Porque la pareja asume que los problemas son síntomas de que la relación va mal, cuando las desavenencias son las mejores oportunidades para saber qué se puede mejorar, y volver la relación más fuerte…
Porque las parejas no expresan lo que les molesta y esperan que se llene la taza para reventar, ocasionando a veces hasta daños irreparables, como violencia verbal y violencia física…
Porque las parejas le invierten dinero a una casa, un carro, la ropa, pero rara vez invierte dinero en talleres de superación personal, talleres de pareja, visitar a un terapeuta; porque se creen capaces de arreglar sus problemas solos…
Es tiempo de recuperar el amor en la pareja, con detalles, con actos de honestidad, de respeto, solidaridad, comprensión y apoyo…
Porque las parejas se duermen en la pasividad, buscando afuera, cuando deben solucionar el problema adentro; ya que las relaciones se construyen con el dialogo, el respeto y la constancia…
Muchas parejas rompen su relación, cuando los problemas que tenían solamente eran de forma; y buscan nuevas parejas, para descubrir que la primera era mucho mejor. Por eso hay que intentar revivir el amor, el respeto y la confianza, antes que terminar en una separación…
Porque la mujer o el hombre se descuidan en su apariencia física creyendo que ya pescó al otro(a) y que no necesita conquistarlo(a) más, qué así ya es aceptado(a) y querido(a)…
Conquistar es fácil, lo difícil es conservar la conquista, ahí está el verdadero mérito…
Llegar a la vejez con una buena pareja, no es cuestión de suerte, es cuestión de elegir a alguien con quien nos agrade conversar, ser más observadores en las reacciones del otro y ponerle un poco de razón y otro poco de corazón a la etapa del enamoramiento, para cuando ésta termine, quede el verdadero amor, el real…
Si algo se pierde, ¿qué es lo que debemos hacer?: “Buscarlo”.
Suele suceder, no siempre, que las personas buscan otra relación anhelando hallar la felicidad, y suelen decir: “ahora sí soy feliz”.
Es usual que estas relaciones sean por poco tiempo, porque de nuevo verán que la nueva pareja tampoco es la ideal…
No existe hombre perfecto, ni mujer perfecta, ni matrimonio perfecto, sino personas que ponen empeño para que ese amor sea el que permita perseverar en el tiempo…”
En fín, las parejas deben saber buscar proyectos de vida comunes e ilusionantes. Deben y pueden econtrar soluciones y alternativas ante los problemas cotidianos y ante esas crisis inevitables de pareja, porque el amor no es sólo sentimiento, es también voluntad.