Desde el pasado 28 de febrero, a partir de las 20:00 horas, ha quedado vacante la Santa Sede, por la renuncia del hoy Papa Emérito Benedicto XVI, quien de una manera libre, meditada y comprometida ha decidido pasar el testigo al siguiente Papa que será elegido en el cónclave, para continuar con su misión de servicio y entrega a la Iglesia, ya que Benedicto XVI declaró que «ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino».

1. Aunque a todos nos sorprendió su dimisión, al mismo tiempo comprendimos la grandeza de su decisión, al reconocer ante Dios y ante él mismo que había disminuido su vigor físico y espiritual necesarios para dirigir la Iglesia Universal. Esta es una de sus grandes enseñanzas que durante su Pontificado nos ha brindado, la humildad, la confianza y la libertad para que el mundo vea con naturalidad que un Papa puede renunciar y que su cargo, aunque es vitalicio, le está permitido renunciarlo en vida. Joseph Ratzinger siempre ha sido un hombre rompedor de esquemas, un hombre libre y de firmes convicciones y sólidas creencias. Un hombre de fe, de cultura y de esplendor intelectual.

El Papa que resulte elegido continuará llevando el timón de la Barca de Pedro, bajo las coordenadas de la Ley Suprema de la Iglesia que es la «salvación de todas las almas».

El Papa Emérito Benedicto XVI ha dicho… «no abandono la Cruz, sino que me mantengo de un modo nuevo en el Señor Crucificado, en el servicio de la oración permanezco».  Y unas horas antes de hacerse efectiva su renuncia, en su despedida ante el Colegio Cardenalicio afirmó… «entre vosotros está el futuro Papa, al que prometo mi respeto incondicional y obediencia. Continuaré rezando, especialmente en estos días del cónclave». Y les pidió que sean «como una orquesta, en la que la diversidad pueda llevar a una armonía acorde», recordándoles que la Iglesia  no es una «institución inventada por alguien, construida sobre una mesa, sino una realidad viviente, que vive transformándose aunque su naturaleza siempre es la misma, ya que su naturaleza es Cristo».

2. Sobre la Sede Vacante y el procedimiento de elección del Sumo Pontífice está todo escrito, nada queda a la improvisación, porque todo lo contempla la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, del 22 de febrero de 1996, de Juan Pablo II, además de las nuevas prescripciones que estableció Benedicto XVI respecto a algunas normas de esta Constitución, mediante el Motu Proprio del pasado 22 de febrero.

El gobierno de la Iglesia ha quedado confiado, a partir del 28 de febrero de 2013, desde las 20:01, al Colegio de los Cardenales que no tiene ninguna potestad sobre cuestiones reservadas exclusivamente al Papa. Los Cardenales que no hayan cumplido 80 años se reunirán en cónclave para elegir al Sucesor, cuya fecha seguramente conoceremos mañana, después de la congregación general de Cardenales convocada para las 17:30 horas.

Los 115 Cardenales electores ya se encuentran alojados en la residencia Domus Sanctae Marthae, inaugurada en 1996, situada en el Vaticano, para conseguir el aislamiento y el consiguiente recogimiento que un acto tan vital para la Iglesia entera exige de los Cardenales electores.

Como ya decía, mientras está vacante la Sede Apostólica, el Colegio de los Cardenales no tiene ninguna potestad o jurisdicción sobre las cuestiones que corresponden exclusivamente al Sumo Pontífice. Mientras está vacante la Sede Apostólica, el gobierno de la Iglesia queda confiado al Colegio de los Cardenales solamente para el despacho de los asuntos ordinarios o de los inaplazables y para la preparación de todo lo necesario para la elección del nuevo Pontífice. Durante la Sede vacante tendrán lugar dos clases de Congregaciones de los Cardenales: una general, es decir, de todo el Colegio hasta el comienzo de la elección, y otra particular. En las Congregaciones generales deben participar todos los Cardenales no impedidos legítimamente, apenas son informados de la vacante de la Sede Apostólica.

La Congregación particular está constituida por el Cardenal Camarlengo de la Santa Iglesia Romana y por tres Cardenales, uno por cada Orden, extraídos por sorteo entre los Cardenales electores llegados a Roma. La función de estos tres Cardenales, llamados Asistentes, cesa al cumplirse el tercer día, y en su lugar, siempre mediante sorteo, les suceden otros con el mismo plazo de tiempo incluso después de iniciada la elección.

Durante el período de la elección las cuestiones de mayor importancia, si es necesario, serán tratadas por la asamblea de los Cardenales electores, mientras que los asuntos ordinarios seguirán siendo tratados por la Congregación particular de los Cardenales. En las Congregaciones particulares deben tratarse solamente las cuestiones de menor importancia que se vayan presentando diariamente o en cada momento. Si surgieran cuestiones más importantes y que merecieran un examen más profundo, deben ser sometidas a la Congregación general. Además, todo lo que ha sido decidido, resuelto o denegado en una Congregación particular no puede ser revocado, cambiado o concedido en otra; el derecho de hacer esto corresponde únicamente a la Congregación general y por mayoría de votos.

3. El actual camarlengo es el cardenal Tarcisio Bertone, SDB nombrado por el Papa Benedicto XVI el 4 de abril de 2007. El Decano del Colegio Cardenalicio es el Cardenal Angelo Sodano. Ambos han sido Secretarios de Estado.

4. La elección, de la que todo el mundo está muy expectante, se hará por escrutinio, con una votación individual y secreta de los Cardenales electores, contando con al menos dos tercios de los votos. El 22 de febrero del año 2013, Benedicto XVI publicó un Motu Proprio SOBRE ALGUNAS MODIFICACIONES DE LAS NORMAS RELATIVAS A LA ELECCIÓN DEL ROMANO PONTÍFICE, en las que se establece, entre otras cosas, lo siguiente:

«Los Escrutadores hacen la suma de todos los votos que cada uno ha obtenido, y si ninguno ha alcanzado al menos los dos tercios de los votos en aquella votación, el Papa no ha sido elegido; en cambio, si resulta que alguno ha obtenido al menos los dos tercios, se tiene por canónicamente válida la elección del Romano Pontífice».

«Si las votaciones no tuvieran resultado positivo, dedíquese un día a la oración, a la reflexión y al diálogo; en las sucesivas votaciones, observado el orden establecido, tendrán voz pasiva solamente los dos nombres que en el precedente escrutinio hayan obtenido el mayor número de votos, sin apartarse de la norma de que también en estas votaciones se requiere para la validez de la elección la mayoría cualificada de al menos dos tercios de los sufragios de los Cardenales presentes y votantes. En estas votaciones los dos nombres que tienen voz pasiva carecen de voz activa».

«Ningún Cardenal elector podrá ser excluido de la elección, activa o pasiva, por ningún motivo o pretexto…»

«Establezco, además, que desde el momento en que la Sede Apostólica esté legítimamente vacante, se espere durante quince días completos a los ausentes antes de iniciar el Cónclave, aunque dejo al Colegio de los Cardenales la facultad de anticipar el comienzo del Cónclave si consta la presencia de todos los cardenales electores, así como la de retrasarlo algunos días si hubiera motivos graves. Pero pasados al máximo veinte días desde el inicio de la Sede vacante, todos los Cardenales electores presentes están obligados a proceder a la elección».

«Desde el momento en que se ha dispuesto el comienzo del proceso de la elección hasta el anuncio público de que se ha realizado la elección del Sumo Pontífice o, de todos modos, hasta cuando así lo ordene el nuevo Pontífice, los locales de la Domus Sanctae Marthae, como también y de modo especial la Capilla Sixtina y las zonas destinadas a las celebraciones litúrgicas, deben estar cerrados a las personas no autorizadas, bajo la autoridad del Cardenal Camarlengo y con la colaboración externa del Vicecamarlengo y del Sustituto de la Secretaría de Estado, según lo establecido en los números siguientes».

«Realizada la elección canónicamente, el último de los Cardenales Diáconos llama al aula de la elección al Secretario del Colegio de los Cardenales, al Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y a dos Ceremonieros; después, el Cardenal Decano, o el primero de los Cardenales por orden y antigüedad, en nombre de todo el Colegio de los electores, pide el consentimiento del elegido con las siguientes palabras: ¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice? Y, una vez recibido el consentimiento, le pregunta: ¿Cómo quieres ser llamado? Entonces el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, actuando como notario y teniendo como testigos a dos Ceremonieros, levanta acta de la aceptación del nuevo Pontífice y del nombre que ha tomado».

5. Y desde ese momento, adquiere la plena y suprema potestad en la Iglesia Universal; se anuncia su nombramiento en el balcón de la Basílica Vaticana “…habemus Papam” y el Romano Pontífice imparte la bendición “Urbi et Orbi”.

Por: Patricia Alzate Monroy, Abogada y Doctora en Derecho 

Por Patricia

5 comentarios en «Sede Vacante y Elección del Papa»
  1. He leido el interesante articulo sobre la Sede Vacante y todo lo relacionado con la Elección del Pontífice, amén de las modificaciones de las normas relativas, reformadas por Benedicto XVI. Me gusta su página por su veracidad y preparación, y en el futuro la visitaré para tener una buena información. Gracias

  2. HABEMUS PAPAM:

    El Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, quien era el Arzobispo de Buenos Aires, se convirtió ayer miércoles en el primer Papa Latinoamericano y en el primer Papa Jesuíta de la historia de la Iglesia. Asume su Pontificado con el nombre de Francisco I.

    Bendición Urbi et Orbi:

    «Hermanos y hermanas, buenas tardes.

    Sabéis que el deber del cónclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo…, pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su Obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro Obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja.

    Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi Cardenal Vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y ahora quisiera dar la Bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el Obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para el que Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la Bendición para su Obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí….

    Ahora daré la Bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

    Hermanos y hermanas, os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descanséis».

    http://www.vatican.va/holy_father/francesco/elezione/index_sp.htm

  3. Efectivamente, en el día de ayer, el Vaticano anunció que el Cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI, empezará en la tarde del próximo martes 12 de marzo. Ese mismo día por la mañana se celebrará la misa «Pro eligendo Romano Pontifice» («por la elección del Romano Pontífice») en la Basílica de San Pedro. Luego, en la tarde, tras una procesión solemne y después del «extra omnes» («fuera todos»), los 115 cardenales electores, entre los cuales se encuentra el futuro Papa, celebrárán la primera reunión del Cónclave en la Capilla Sixtina para hacer su primera votación.

    Al día siguiente, miércoles 13 de marzo, habrá cuatro votaciones, dos por la mañana y otras dos por la tarde. Y así sucesivamente, hasta conseguir la elección por escrutinio con un mínimo de las dos terceras partes de los 115 Cardenales electores, esto es, que se necesitan mínimo 77 votos para elegir al nuevo Papa en Cónclave.

    Si ningún Cardenal consigue los dos tercios en las votaciones durante tres días consecutivos, el proceso de elección se suspenderá por un día para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales electores.

    Benedicto XVI fue elegido a la cuarta votación y Juan Pablo II a la octava.

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